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El período de mayor capacidad de aprendizaje del cerebro humano corresponde a los primeros seis años de vida. Nacemos con todas nuestras capacidades listas para ser utilizadas, pero necesitan ir manifestándose progresivamente. Este proceso se llama Neurodesarrollo y permite adquirir, adiestrar y perfeccionar nuestras habilidades innatas (motoras, sensoriales, cognitivas, conductuales y emocionales). Pero, para eso precisamos también una estimulación adecuada así como un seguimiento y evalución de expertos profesionales sanitarios que puedan detectar cualquier déficit a edades tempranas.
Los trastornos del Neurodesarrollo pueden afectar a distintas áreas o a varias a la vez (motricidad, lenguaje, cognición y conducta), generando problemas de comunicación, comprensión... así como discapacidades intelectuales, autismo o parálisis cerebral.
El papel del fisioterapeuta es fundamental en la prevención, impulsando y estimulando el desarrollo cognitivo, físico y emocional desde el nacimiento. Ayuda a las familias a comprender e identificar los puntos clave en el proceso de crecimiento físico y emocional sacando todo el potencial de su sistema neuromusculoesquelético. Ofrece ayuda específica en los aspectos que no evolucionen de la forma esperada, minimizando y compensando las alteraciones funcionales.