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Tiempo atrás, un poeta romano dijo: “Mente sana en cuerpo sano”.
La Fisioterapia ayuda a las personas en su bienestar físico, psicológico, emocional y social, ya que cuerpo y mente están íntimamente relacionados.
Teniendo en cuenta que el estrés es una amenaza para nuestro movimiento y calidad de vida, el fisioterapeuta es un terapeuta más del equipo multidisciplinar a tener en cuenta.
“Cómo nos movemos, influye en cómo nos sentimos y cómo nos sentimos, influye en cómo nos movemos.”
El estrés es la respuesta de nuestro organismo a cualquier estímulo o condición que cree tensión.
Si la respuesta está controlada, será beneficiosa y esta situación de respuesta se denomina eustrés, como el deportista que está concentrado para conseguir una medalla.
Pero tras ganar la medalla, debemos volver a la calma y a veces no es fácil. So se descontrola no pudiendo volver a la calma, el estrés se convierte en negativo y perjudicial para nuestra salud. Se denomina diestrés.
Este, suele provocar dolores de cabeza, de estómago, dolor en el cuello y espalda, etc. Es momento de consultar al fisioterapeuta. Pautará cómo proceder realizando un análisis corporal completo para llevar a cabo el mejor plan de acción.
La Fisioterapia tiene un gran abanico de herramientas para trabajarlo. Las técnicas específicas más conocidas son la Terapia de la Conciencia Corporal Basal (Basic Body Awareness Therapy), la terapia psicomotora, la masoterapia adaptada, la estimulación multisensorial, la actividad física adaptada, la Reeducación Postural Global, la Relajación Progresiva de Jacobson, la equinoterapia y el biofeedback, entre otras.
Estas técnicas son eficaces para manejar la depresión, la ansiedad o el insomnio, y pueden prevenir el desarrollo de problemas de salud mental mejorando nuestra calidad de vida y nuestra autoestima.
Conocer nuestro cuerpo nos ayudará a prevenir el estrés en el futuro y ese es el mejor tratamiento.