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El tacón de los zapatos, elemento muy femenino pero no ajeno al calzado de los hombres, que puede modificar la manera de andar y la cadencia de la marcha.
¿Qué tipo de zapato es el más adecuado, y con o sin tacón y cuanto? Preguntas frecuentes cuando se ha sufrido una patología en el pie.
Tanto el hombre como la mujer a la hora de decidirse por un zapato u otro deben tener en cuenta para qué lo van a usar, qué tipo de pie tienen y si sufren alguna dolencia en la extremidad inferior o espalda.
Centrándonos en la mujer el uso de zapatos con tacón es asumir una serie de riesgos que se pueden limitar, utilizando la altura y anchura adecuada a las características del pie y constitución de la mujer. En caso contrario, podría hacerle padecer dolores en diferentes regiones del pie: como en los metatarsos, en el talón y en el primer dedo, desencadenando las típicas patologías como metatarsalgias, fascitis plantar y hallux valgus o juanete.
Además, también podría provocarle una acortamiento de la musculatura posterior de la pierna, fundamentalmente del gastrocnemio o popularmente gemelos, o tendinopatias aquileas. Asimismo podría provocar la alteración de la marcha normal a la hora de caminar que conllevaría posibles patologías en rodillas, caderas y espalda.
Por lo tanto, pensemos más en la salud y no en lo estético, aunque ambos conceptos no están reñidos a la hora de escoger el tacón de los zapatos.