MENU
INICIO > CIUDADANOS > CONSEJOS DE FISIOTERAPIA
El invierno es tiempo de gripe y resfriados. Y con ellos nos atacan todo tipo de infecciones de las vías altas que, en ocasiones, provocan neumonías o bronquitis, y que incluso pueden ser el desencadenante de patologías crónicas.
Lo que se ignora con frecuencia es que en el origen de muchas de estas infecciones se encuentra el hecho de no saberse sonar la nariz. Dicho de otro modo, nos solemos mocar muy mal, lo que no hay que tomarse a broma. Porque no se trata sólo de que los mocos que no se expulsan del organismo sean molestos, sino que terminan provocando rinitis, otitis, faringitis, sinusitis...
De ahí que la fisioterapia respiratoria sostenga que lo primero que hay que hacer es aprender a sonarse. Para empezar, de nada nos sirve mocarnos tapándonos los dos orificios nasales. Hay que hacerlo tapándose primero uno, y luego el otro.
También podemos optar por emular a los futbolistas, aunque con cautela si no queremos desencadenar algún accidente no deseado.
La tercera fórmula es aún más políticamente incorrecta. Consiste en tragarse directamente las secreciones. No pasa nada. Resulta mucho más saludable que no expulsarlas.
Una vez que ya sabemos sonarnos, sólo nos queda llevar a cabo una buena higiene nasal. Y no es difícil. Lo único que hay que hacer es integrar un lavado nasal en nuestra higiene diaria.
Para hacerlo, empezamos por mezclar agua y una cucharada de sal en un vaso. A continuación, llenamos una jeringa e introducimos el agua con sal (sin pasarnos de presión) a través de uno de los orificios nasales y con la cabeza ladeada. Hasta que el agua es expulsada por el orificio contiguo.
Y eso es todo... Un tratamiento muy simple que podemos seguir en casa cada día, combatiendo fácilmente las infecciones y reduciendo el uso de medicamentos.