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A nivel popular lo entendemos como apretar, frotar o rechinar los dientes. Es un trastorno involuntario de los músculos masticatorios que se genera en el cerebro como un estímulo automatizado, igual que el caminar o el respirar.
Si tienes bruxismo se puede apreciar un desgaste en los dientes, marcas en los labios de apretar con los dientes, marcas en la zona del moflete, dolor en la articulación temporomandibular o hipertrofia del músculo masetero.
Puede ocurrir mientras estamos despiertos o dormidos.
Actualmente son los factores psicosociales los que desencadenan el bruxismo ya que vivimos en una sociedad con un alto porcentaje de estrés y ansiedad.
Desde la fisioterapia vamos a tratar el dolor de la mandíbula, la articulación y toda la musculatura relacionada. Además, toda la región mandibular está conectada con la columna cervical, por lo que también tendremos que valorar y tratar esta región.
Vigila dónde colocas la lengua cuando estás en reposo. Debería estar apoyada en el paladar superior detrás de los dientes. Los incisivos de arriba y los incisivos de abajo no tienen que estar en contacto.
Revisa cuánto abres la boca. Lo normal sería que cupieran unos 3 dedos entre los incisivos de arriba y los de abajo.
Un ejercicio sencillo para relajar esta región orofacial es mantener la presión con los dedos en el masetero a la vez que abrimos un poco la boca.
Quitamos la presión para cerrar la boca y repetir varias veces sin sentir dolor.
La fisioterapia te ayudará a restaurar el movimiento y contribuirá a reducir el dolor.