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La fisioterapia es una profesión que conlleva la toma de decisiones basada en las características del paciente. La selección de técnicas que pueden provocar efectos adversos o sean de contacto físico pueden producir situaciones no deseadas. En todo este proceso los pacientes tenemos derecho a conocer toda la información relativa al tratamiento, como su procedimiento, riesgos y consecuencias.
Cuando acudas a tu fisioterapeuta solicítale el consentimiento informado. Este documento recoge, de manera clara y precisa, toda la información relacionada con el procedimiento que te realizará. Para su conformidad únicamente deberemos de fírmalo.
Pero cuando acudamos con un menor de 16 años, la capacidad para decidir y dar su consentimiento la tendremos los padres o representantes legales y no el menor.
Cuando el fisioterapeuta nos aplique sus técnicas, aunque el riesgo de estas sea mínimo pero necesario dejar al descubierto partes anatómicas muy cercanas a zonas íntimas, debemos ser conocedores previamente para decidir su aplicación.
¿Debemos acudir solos al fisioterapeuta? No, tenemos la oportunidad de decidir si en las sesiones nos acompaña una persona de nuestra confianza o queremos que haya alguien más.
Recuerda, como pacientes tenemos derecho a solicitar al fisioterapeuta, que nos explique la causa de la dolencia, la zona anatómica a tratar, y el ofrecimiento de la aplicación de otras técnicas si son viables, desde un punto de vista técnico sanitario y de evidencia científica, para nuestra elección.