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El término fisioterapia invasiva hace referencia a todas aquellas técnicas en la que los fisioterapeutas utilizan una aguja para aplicar agentes físicos en nuestro cuerpo, traspasando la piel. Pero no pueden inyectar ningún fármaco.
Las principales técnicas son:
- Punción seca: Se usará una aguja sólida con el fin de producir un estímulo que elimine el dolor y los puntos gatillo que podamos tener. Esta punción podrá ser más o menos profunda en función de la modalidad.
- Electrolisis o electropunción: Consiste en hacer pasar una corriente eléctrica sobre el tejido, valiéndose de la aguja para aplicarla en la zona de interés. Esta técnica tendrá efectos sobre el dolor, o de reparación de ciertos tejidos como los tendones.
En ocasiones, junto a estas técnicas, los fisioterapeutas usarán también la ecografía para ayudarse en el tratamiento y encontrar el punto exacto de la lesión.
¿Qué voy a sentir?
Producen cierta molestia, notaremos una ligera contracción de la musculatura y en ocasiones, algo de dolor después de la punción, similar al de las agujetas.
La electrolisis produce una pequeña quemazón en la zona tratada y la electropunción un ligero cosquilleo eléctrico.
En ambos casos son molestias pasajeras que remiten pronto.
Las técnicas invasivas requieren un consentimiento especial además del habitual. Deben explicarnoslas con detenimiento y podemos rechazarlas si no nos sentimos cómodos.
Asimismo, deben ser aplicadas por fisioterapeutas debidamente formados en ellas, ya que implican cierto riesgo si no se realizan correctamente.
La fisioterapia invasiva, es una buena opción para ayudarnos a paliar el dolor y mejorar nuestra calidad de vida. Como sucede con el resto de técnicas, lo ideal será combinarlas para buscar lo más adecuado para cada caso.