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La demencia es un síndrome que implica el deterioro de la memoria, el intelecto, el comportamiento y la capacidad para realizar actividades de la vida diaria.
La enfermedad de Alzheimer, que es la forma más común de demencia, supone entre un 60% y un 70% de los casos.
La demencia es una de las principales causas de discapacidad y dependencia entre las personas mayores de todo el mundo.
Pero no es una consecuencia inevitable del envejecimiento.
¿Qué podemos hacer para disminuir la posibilidad de sufrirla?
Estudios reflejan que el 65% de las causas de la demencia aparecen por motivos que no dependen de nosotros, como son la edad, el sexo, la genética… Sin embargo, en el 35% restante sí que influye cómo vivamos y nos cuidemos durante las tres etapas de nuestra vida: juventud, mediana edad y edad avanzada.
Juventud: en esta etapa, estudiar puede reducir la posibilidad de sufrirla en un 8%.
Mediana edad: perder audición puede aumentarla en un 9%, igualmente la hipertensión, en un 2%, y la obesidad, en un 1%.
Edad avanzada: fumar puede aumentarla en un 5%; la depresión, en un 4%; la inactividad física, en un 3%; la soledad social, en un 2%, y la diabetes, en un 1%.
En esta última etapa es importante realizar ejercicio con tu fisioterapeuta porque, además de disminuir el riesgo de padecer demencia, podremos mejorar nuestro equilibrio y fuerza para evitar caídas; mejorar el estado de ánimo, la movilidad, la independencia; reducir el dolor y la posibilidad de padecer enfermedades cardiovasculares, y un largo etcétera de beneficios nada despreciables.
Ponte manos a la obra y no dudes en contactar con profesionales cualificados.