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El mes de septiembre representa el retorno a la actividad deportiva para muchos niños. El ejercicio físico constituye uno de los pilares básicos en el desarrollo de una persona, pero hay tener en cuenta una serie de consejos tras el parón veraniego.
La pretemporada sirve para poner los cimientos de la preparación física de todo el año y el retorno progresivo a la actividad es un paso fundamental para evitar lesiones. En la pretemporada cada niño debe contar con un plan de entrenamiento personalizado según su condición física.
Es el momento de revisar el calzado por si hay que cambiarlo. Es primordial que se use siempre el calzado, la indumentaria y el material apropiados para cada deporte, y que esté en óptimas condiciones.
Aunque no todas las federaciones deportivas obliguen a ello, es importante que los jóvenes deportistas se sometan a una revisión médica y fisioterapéutica. El médico, entre otras cosas, deberá determinar si existen patologías que puedan limitar la práctica deportiva.
El fisioterapeuta se encargará de revisar el peso, altura e índice de masa corporal del deportista para valorar si deben introducirse cambios en el plan de entrenamiento. Prestará especial atención a las lesiones de la temporada anterior… Y llevará a cabo una valoración para detectar factores de riesgo y fijar un plan de ejercicios específicos, si es necesario.
La exploración del aparato locomotor es un elemento clave para determinar qué ejercicios y cargas son más apropiadas para cada deportista. Del mismo modo, una valoración postural y la corrección de los patrones de movimiento inadecuados, son fundamentales para evitar la aparición de lesiones a corto o largo plazo.
Porque siempre hay que hacer deporte con las máximas garantías.